Los beneficios incluyen menos dolor postoperatorio, menor pérdida de sangre, cicatrices más pequeñas, y una recuperación más rápida en comparación con la cirugía abierta tradicional.

Antes de la cirugía, deberás realizarte algunos exámenes médicos y seguir las indicaciones de tu médico sobre la dieta y los medicamentos. Es posible que necesites dejar de tomar ciertos medicamentos antes del procedimiento.

La cirugía laparoscópica para el cáncer de próstata generalmente dura entre 2 y 4 horas, dependiendo de la complejidad del caso.

La mayoría de los pacientes permanecen internado entre 1 y 3 días después de la cirugía, aunque esto puede variar según la recuperación individual.

La recuperación de una cirugía laparoscópica suele ser menos dolorosa que la de una cirugía abierta. El dolor puede manejarse con medicamentos recetados por tu médico.

Muchos pacientes pueden retomar sus actividades normales en unas pocas semanas. Sin embargo, actividades más intensas y levantar objetos pesados deben evitarse durante unas 4 a 6 semanas.

Como cualquier cirugía, existen riesgos, que pueden incluir infecciones, sangrado, y reacciones adversas a la anestesia. También puede haber complicaciones específicas como la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil.

Después de la cirugía, debes seguir las instrucciones de tu médico, que pueden incluir cuidar las incisiones, tomar medicamentos, y asistir a citas de seguimiento. También es importante beber suficiente agua y evitar el esfuerzo físico excesivo.

Las tasas de éxito son generalmente altas, especialmente cuando el cáncer se detecta en etapas tempranas. La cirugía laparoscópica puede ser tan efectiva como la cirugía abierta en la eliminación del cáncer.